Una vez superado Pola de Somiedo ascendemos por una sinuosa carretera a la población de valle del Lago (1240m).
Cruzamos el pueblo hasta encontrar la zona de aparcamiento donde dejamos el vehículo, desde aquí se distinguen perfectamente los picos de la Mortera.
Valle del Lago está formado por los barrios de: La caleya, Ribaluenga, La Quintana y L'Auteiro que es desde donde realmente parte la ruta.
La senda es una pista de uso exclusivamente agropecuario para la explotación de recursos por parte de los propietarios y sus ganaderías.
La pista sube poco a poco paralela al río Del Valle, al otro lado, un hayedo majestuoso nos observa en nuestro caminar.
A la izquierda nos encontramos con el cruce de la ruta hermana que nos llevaría a los lagos de Saliencia. Nuestra meta está enfrente.
Este hermoso paraje inspira paz, tranquilidad, sosiego, reflexión... Un poeta llamado Fernando nos deja su pasquín al borde del camino.
Las zonas con más pendiente están hormigonadas, son escasas pero tienen buena inclinación.
Al fondo, contemplamos las impresionantes paredes del circo glacial y salpicando a ambos lados del camino vemos las cabanas de teito. Cruzamos La Pradera del Valle.
La palabra "teito" designa cualquier cubierta de material vegetal de cualquier edificación, no importando si es una cuadra, un hórreo, una casa o incluso un tobogan infantil.
Las construcciones de teito son la insignia de Somiedo, aunque en mal estado habitualmente aún se conservan en otros concejos astures.
Cuentan los mayores del pueblo que hace muchos, muchos años, cayó una terrible plaga en Valle de Lago, pensando haber sido maldecidos por alguna bruja o persona envidiosa con la bonanza y bienestar de la comarca.
La plaga arrasaba todo lo colororeado de verde. Se trataba de unos gusanos peludos que se reproducían cuanto más comían. Por eso les dieron el nombre de "rates". Nunca se había visto nada igual.
No había forma de eliminar a les rates, al menos de forma tradicional. Fue entonces cuando se acercaron a la rectoral a buscar al cura y pedirle un exconxuro que les libre de la maldición.
El cura accedió enfrentándose a les rates con la biblia y el ropaje de misa. Les leyó unos salmos dedicados a las plagas y los gusanos peludos dejaron de comer. Una sonrisa de satisfacción recorrió los rostros de los feligreses pero...
Les rates volvieron a zampar, esta vez con más ímpetu. La desolación cundió entre los paisanos, todo estaba perdido preparándose para coger su ganado y enseres y abandonar su hermoso valle.
El esconxurador tras pensar el motivo del fallo de sus plegarias mandó a un grupo de fieles que construyesen puentes sobre el río para facilitar la salida de les rates. Obedientes los parroquianos fijaron maderos a las orillas del río y el cura volvió a repetir el exconxuro.
Les rates esta vez, dejan de comer, se alinean saliendo por los puentes improvisados por los paisanos, subiendo el monte y desapareciendo.
Moraleja: Si el paisano en su afán explotador olvida su vínculo con la Madre Tierra, esta se revuelve de una forma u otra, castigando y ejemplarizando hasta su arrepentimiento.
Hemos llegado a la presa de contención del Lago del Valle conocido como Lago del Ajo (1571m).
Esta presa, conduce el agua hasta el Alto del Gurugú, donde con un vertiginoso desplome de agua de 572m la central de La Malva transforma su fuerza.
El Lago del Ajo es el de mayor extensión de Asturias con 230.000m. cuadrados y una profundidad aproximada de 45m.
Bordeando la orilla nos dirigimos hacia la cabana de teito que allí se ubica: Tras del Chao.
Son numerosos los animales que conforman el hábitat de Lago de Valle, entre sus habitantes destacan los anfibios con al menos siete especies destacando el sapo partero, la rana ibérica o la rana bermeja.
Las panorámicas dentro del circo glacial del Lago del Ajo y su isla, L'Entreiru son espectaculares.
Muy a nuestro pesar debemos marcharnos, no sin antes tomar agua de la fuente Las Duernas. Las nubes nos pronostican una fuerte tormenta.
La zona fue declarada Parque Natural en 1988 y Reserva de la Biosfera de Somiedo por la Unesco en el año 2000.
Al final nos coge la nube mojándonos un poco pero: "sarna con gusto no pica..."
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